El agua es el elemento vital de la piel, asegura la elasticidad, luminosidad, resplandor, transparencia y juventud. La deshidratación del rostro, es un hecho muy común que amenaza a cualquier persona sin importar la edad y el tipo de piel que tenga.
Gran parte de la belleza de nuestra piel, depende de una correcta hidratación, por eso es muy importante hidratar de forma correcta la piel, no solo aportándole agua, sino conseguir que esta agua se retenga en su interior para que garantice una piel sana. Por esto es imprescindible la limpieza y la hidratación diaria.
Las mascarillas son un excelente tratamiento cosmético para mejorar la circulación, combatir el estrés, relajar los músculos y estimular el sistema linfático.
